miércoles, 1 de abril de 2015

La banda sonora de "El tránsito"



Un episodio personal catártico, la adaptación a un trabajo nuevo en el que combates y conoces el miedo, los lodos de la memoria, la frialdad de un cuarto en el que escribía envuelto en una manta, la lavadora zumbando al otro lado, tecleando con los dedos encogidos por la temperatura y por el abismo de la pantalla en blanco...

Si añadimos la música -y es lo que hacemos hoy-, tenemos la atmósfera de El tránsito. No la literaria, la épica, sino la que oprime igualmente tras el envés del papel y la tinta. Y sin necesidad de intentar evitarlo, ese ejército de emociones y texturas privadas, de crujidos de una silla y del corazón, invade el libro y se derrama por las oquedades que se forman entre las palabras, que por mucho que se agolpen para darse calor, dejan entrever el alma del pobre diablo que las puso allí.

2 comentarios:

  1. La música que sugieres en tu blog y la naturaleza de la obra ,bien puede valer una película.

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    1. Gracias, Paco. La verdad es que era muy difícil escribir sin pensar paralelamente cómo plantearía cada escena cinematográficamente (mi otra gran pasión). Una película... Soñar no cuesta nada.

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