domingo, 12 de abril de 2015

"No todo está perdido": Málaga 451

En principio, habíamos venido a este blog a hablar de mi libro. Hoy vamos a hacer una excepción. No obstante, no voy a alejarme del universo literario, porque eso, hoy por hoy, me resulta imposible. Es como jugar con la marea a no mojarte los pies. Al final acabas con los dedos en el agua.

El viernes me fui a un festival con mi novia. El subconsciente colectivo nos hace pensar inmediatamente en música en directo, cervezas en vasos de plástico, barbas por doquier. Efectivamente, había de todo eso en cantidad, pero además había literatura, muchísima literatura. Se trata del Málaga 451: la noche de los libros, un punto de encuentro propiciado por La Térmica, una pequeña maravilla del panorama cultural malagueño.

La Térmica. Málaga 451: la noche de los libros.
Lo primero que observé nada más llegar fue que el recinto estaba atestado de gente. «No todo está perdido», pensé. Las letras siguen teniendo tirón si son presentadas dentro de un envoltorio atractivo. Las estancias del edificio, que durante más de un siglo de vida han asistido a enfermos y niños entre otros necesitados, socorrían ayer a los sedientos de cultura. Conciertos reverberando en los viejos patios de tierra, exposiciones de ídolos inmortales del pop, puntos de venta de libros en galerías de techos altos y hasta un espacio para los más pequeños. Como punta de lanza de la jornada sobresalía la sala 451, en honor a la novela de Bradbury, donde algunas personalidades de la escena literaria simplemente se sentaban a charlar.
Sala 451: José Antonio Garriga Vela y Enrique Vila-Matas.
Al filo de la medianoche dejamos La Térmica, aunque la fiesta continuaría todavía algunas horas más. Nos fuimos con un libro nuevo bajo el brazo, las historias de Vila-Matas en el paladar y un estado de dulce bienestar apaciguando la mente. «No todo está perdido».

1 comentario:

  1. Que bonita iniciativa cargada de letras,libros ,música. ...y un sinfin de momentos especiales, seguramente.La gente abarrota el recinto ¿ no? Las letras están vivas.

    ResponderEliminar