lunes, 11 de septiembre de 2017

No me dejan olvidarte

Pasado el tiempo, uno se plantea qué nuevos contenidos puede suscitar El tránsito después de más de dos años de aventura. Quizás va siendo hora de cerrar este episodio y embarcarse definitivamente en un proyecto nuevo.
Pero entonces, en cuestión de pocos días, llegan en avalancha esas pequeñas sorpresas en forma de encuentros con nuevos lectores que te mantienen tan apegado emocionalmente a tu novela como el primer día: 
1) Una amiga regala El tránsito a una persona con la que acabas hablando apasionadamente sobre tu novela y sobre literatura en la barra libre de una boda.
2) Comienza el nuevo curso escolar y descubres en el desayuno de bienvenida cómo un puñado de compañeros se ha comprado y leído tu novela este verano. Suceden cosas tan poéticas y emocionantes como despedirse de un compañero que se marcha a otro centro con la dedicatoria que dejas en su ejemplar.
3) Los amigos de "El tránsito", como el gran Paco, siguen con ganas de compartir con los demás la experiencia de su lectura. Me acuerdo de hasta la dedicatoria que le firmé allá por el mes de abril. Sin duda unas de mis favoritas.
Por todos estos momentos que me ponen un nudo en la garganta, MIL GRACIAS una vez más.
Foto de Francisco Díaz.